MATEMÁTICAS
Y SOCIEDAD.
ACORTANDO DISTANCIAS
Miguel
de Guzmán
Universidad
Complutense de Madrid
Lo
que está sucediendo en las ciencias matemáticas.
En los últimos años la American Mathematical Society, organismo que en
Estados Unidos ha venido atendiendo tradicionalmente sobre todo a los aspectos
de desarrollo interno de la investigación matemática, se ha ocupado también
seriamente, a través de diversos proyectos, de que la Sociedad perciba con
claridad el lugar que la matemática ocupa en el desarrollo de la ciencia, de la
tecnología y de la cultura. Desde 1993 viene publicando anualmente, en fascículos
dirigidos al público no especializado, descripciones de los resultados más
recientes de la investigación en matemáticas. Con ellos se pretende dar una
idea de la
importancia que la matemática y sus aplicaciones tienen en otras ciencias y
en las tecnologías
derivadas. La acertada realización de este proyecto, bajo el título What's
Happening in the Mathematical Sciences, ha corrido hasta ahora a cargo de Barry
Cipra, un competente expositor matemático con gran experiencia.
En las líneas que siguen trataremos de explorar el sentido y la oportunidad
de un proyecto semejante así como los principales rasgos que determinan el
acierto de éste en concreto.
La matemática ocupa un lugar muy importante en nuestra cultura.
La matemática ha llegado a ocupar un lugar central en la civilización
actual. Y esto por motivos muy diversos:
Es una ciencia capaz de ayudarnos en la comprensión del universo en muchos
aspectos, es en realidad el paradigma de muchas ciencias y un fuerte auxiliar en
la mayor parte de ellas, gracias a sus modos de proceder mediante el
razonamiento simbólico, sobrio, con el que trata de modelizar diversas formas
de ser del mundo físico e intelectual.
Es un modelo de pensamiento, por sus cualidades de objetividad,
consistencia, sobriedad, las cuales le dan un lugar bien preminente entre las
diversas formas que tiene el pensamiento humano de arrostrar los problemas con
los que se enfrenta. Este aspecto es la raíz de sus profundas conexiones con la
filosofía de todos los tiempos, también del nuestro.
Es una actividad creadora de belleza, en la que se busca una cierta clase de
belleza intelectual, solamente accesible, como Platón afirmaba, a los ojos del
alma, y en esto consiste en el fondo la fuerza motivadora y conductora siempre
presente en los esfuerzos de los grandes creadores de la matemática.
Es un potente instrumento de intervención en las estructuras de la realidad
a nuestro alrededor, ayudando en la aplicación de modelos fidedignos al mundo
tanto físico como mental. En realidad bien se puede afirmar que la mayor parte
de los logros de nuestra tecnología no son sino matemática encarnada con la
mediación de otras ciencias.
Es una actividad profundamente lúdica, tanto que en los orígenes de
muchas de las porciones más interesantes de la matemática el juego ha estado
presente de forma muy activa (teoría de números, combinatoria, probabilidad,
topología,...).
Esta intensa presencia de la matemática en nuestra cultura no es algo que
vaya a menos, sino todo lo contrario. A juzgar por las tendencias que se
manifiestan cada vez con más fuerza, parece claro que el predominio de la
intelección matemática va a ser un distintivo bien patente de la civilización
futura.
La escasa visibilidad de la matemática en nuestra sociedad.
Aun siendo así las cosas, la visibilidad de la matemática en la cultura de
nuestro país ha sido tradicionalmente bastante débil, y lamentablemente lo
sigue siendo, como se pone de manifiesto claramente sin más que echar una
mirada en derredor.
Es idea prevalente en nuestro ambiente, fuertemente escorado hacia las
humanidades desde hace siglos, que cultura viene a coincidir, más o menos, con
literatura, música, escultura, cine, y otras manifestaciones artísticas.
Nuestros medios de comunicación, con contadas excepciones, apenas son
capaces de reseñar con mediano sentido de rigor informativo, a no ser copiando
de otros medios extranjeros, los hechos más substanciales que van surgiendo en
el mundo de la ciencia. Como muestra puede valer la siguiente anécdota. Varios
medios de comunicación se hacían eco seriamente hace pocos meses de la
resolución del problema de la trisección del ángulo en Baracaldo, lo que
evidencia que los responsables científicos de dichos medios entendían tan poco
del problema y tenían respecto a él tan poca sensibilidad como el director de
circo que lo resolvió.
Nuestras estructuras administrativas, políticas, a nivel global o local no
suelen ser muy pródigas en lo que se refiere al fomento de la ciencia.Rara vez
un Concejal de Cultura considerará de su incumbencia la organización de una
actividad científica, y mucho menos matemática.
Bastantes de nuestros responsables políticos así como muchos de los
insignes próceres de "nuestra cultura" no suelen tener ningún
empacho, sino más bien un extraño y estúpido orgullo, al confesar en las
circunstancias más solemnes su absoluta ignorancia de los temas más
elementales de la ciencia en general y de la matemática muy en particular,
contagiando así al resto de nuestros ciudadanos. Es de imaginar,en cambio, que
de ningún modo se atreverían a decir en público el escaso número de libros
que han leído en los últimos meses.
Es verdad que situaciones semejantes se dan también en otros países de
nuestro entorno, si bien no tan extendidas como entre nosotros. Lo cual tampoco
es motivo de mucho consuelo.
-
La necesidad de una divulgación matemática bien realizada.
La tarea de hacer llegar de un modo asequible a un amplio segmento de la
sociedad el sentido de la actividad que la comunidad matemática va realizando
es algo necesario y que ha de ser realizado con esmero si es que pretendemos que
nuestra cultura progrese adecuadamente. La divulgación matemática contribuirá
sin duda a romper el lastre de prejuicios que vamos arrastrando de una generación
a otra en torno a la matemática y que, en muchos casos, es causa de bloqueos
con respecto a ella colocados en la mente de nuestros niños a mejorar las
condiciones culturales de muchas personas, abriéndoles los ojos a la realidad
de la cultura actual y haciéndoles capaces de proveerse de herramientas
indispensables para muchas de las
actividades de las profesiones del futuro a que la sociedad sea capaz de
valorar de modo
adecuado el papel de la matemática hoy día, de tal modo que se percate de
que incluso muchos aspectos que podrían parecer ociosos del quehacer matemático
básico posiblemente tendrán su fruto práctico en el futuro, como un somero
conocimiento de la historia de las ciencias y sus aplicaciones nos muestra.
¿Qué
puede pretender la divulgación matemática?
Una divulgación de la matemática bien realizada puede tener como dignos
objetivos, entre otros, compartir la belleza, el poder de las matemáticas con
un público amplio, tratando en muchos casos de penetrar a través de las
barreras tradicionales entre las dos culturas, mucho más sólidas alrededor de
las matemáticas que alrededor de cualquier otra ciencia tratar de cambiar las
actitudes hacia las matemáticas de muchos que necesitan tal cambio, con la
convición profunda de que tales actitudes son altamente perjudiciales a la vez
para un sano desarrollo de la cultura y para el progreso de la matemática.
Animar a más personas a ser matemáticamente más activas, con la persuasión
firme de que esto les puede conducir hacia una vida más plena intelectualmente
y más satisfactoria estimular un desarrollo de la actividad matemática en
libertad, no por compulsión, tratando de deshacernos de los muchos prejuicios
infundados hondamente arraigados entre tantos niños y adultos en nuestra
civilización.
¿A quién debería ser dirigida la popularización?
Al público en general. Evitando tecn icismos deberíamos tratar de
transmitir en cuanto es posible el impacto y los métodos del pensamiento matemático
acerca de algunos temas especiales. Las biografías de los matemáticos pasados
y más actuales. Aplicaciones, ideas, hechos que deberían formar parte de la
cultura como el desarrollo de la concepción de estructura científica entre los
pitagóricos, el desarrollo del cálculo infinitesimal, el sentido, en relación
con la comprensión de los misterios de la mente humana, de algunos de los
modernos desarrollos de la matemática.
A los más jóvenes. Con una sensibilidad correcta de sus posibles intereses
y motivaciones alrededor de este tema. Por aquellos que saben cómo comunicarse
con ellos para transmitirles su entusiasmo. A través de exposiciones,
competiciones, juegos, ...
A los estudiantes de educación secundaria. Con los aspectos más
importantes de la historia, la evolución y las aplicaciones de cada uno de los
temas con los que se les pone en contacto. A través de las biografías de los
hombres y mujeres más importantes de las matemáticas. mediante una presentación
adecuada de los impactos culturales de la matemática a lo largo de la historia
de la humanidad.
A los otros profesionales dentro y fuera del mundo académico. Existe una
multitud de aspectos de la matemática que tal vez ellos no usan actualmente en
su propio trabajo pero que podrían arrojar nuevas luces sobre su forma de
arrostrar los problemas propios de su ocupación. Muchas de las soluciones más
creativas provienen de la aproximación a los problemas de un campo con las
herramientas de otro distinto.
A los profesionales de las matemáticas. El desarrollo de la matemática es
tan intenso que es rara la persona que pueda entender el lenguaje de dos o tres
de los muchos campos actuales de la matemática. También los matemáticos
formados en un cierto campo necesitamos que alguien nos explique con un lenguaje
adecuado las ideas que van teniendo más éxito en otros campos vecinos y no
vecinos, con la convicción de que tales ideas, por razón de la unidad en lo
profundo de la matemática, puedan sernos de utilidad para una comprensión más
penetrante del propio campo en que trabajamos.
¿Cómo debería ser una buena divulgación de la matemática hoy?
Los potentes medios de comunicación que están hoy día a nuestra disposición
abren un sinfín de
posibilidades. La matemática, que es mucho más un quehacer, es decir un
saber de método, que un mero saber de contenidos, se presta muy bien a un
tratamiento interactivo a todos los niveles a través de los diversos recursos
informáticos (programas de cálculo simbólico, presentaciones interactivas en
el ordenador, en internet, etc...) y audiovisuales (vídeo, televisión,...) que
apenas hemos comenzado a explotar.
Los grandes expertos en comunicación matemática que lograron hacer proezas
con los medios tradicionales nos pueden servir de modelos para explorar cuáles
son las formas adecuadas de proceder al aplicar su experiencia con las nuevas
herramientas a nuestra disposición. ¿Se pueden detectar algunas características
que hayan influído especialmente para que obras tales como las de Gardner,
Rademacher,
Toeplitz, Steinhaus, Courant-Robbins, Kline, Davis-Hersh,... hayan sido tan
leídas e influyentes en un pasado reciente?
Yo me atrevería a señalar unos cuantos rasgos comunes presentes de una
forma u otra en la obras de estos grandes expositores de la matemática: genuino
interés y entusiasmo en la tarea de comunicación, con la convicción profunda
de su importancia y de su atractivo selección cuidadosa de temas, por su
belleza, por su profundidad, por su cercanía, por su posible aplicabilidad, por
sus consecuencias interesantes y actuales en el mundo real, en las ciencias, por
su importancia histórica, por su atractivo lúdico... asequibilidad para el
lector particular a quien el autor se dirige, colocándose en su mismo plano,
aludiendo a lo que el lector ya sabe, sin tecnicismos inadecuados, sin guiños sólo
inteligibles para el
experto, huyendo de la pompa y de la solemnidad, con un lenguaje simple,
directo y agradable interactividad con el lector, de manera que éste, con lo
que va entendiendo, pueda ya entrar él mismo en el juego de manera activa, si
se lo propone énfasis en el interés humano por los temas y su desarrollo, por
los personajes que han intervenido y están interviniendo en ellos, por las
consecuencias que para la realidad del propio lector pueden tener.
¿Y qué es lo que está sucediendo en las ciencias matemáticas?
Los tres fascículos de Barry Cipra constituyen un indudable acierto
expositivo en donde se ponen de manifiesto bien claramente muchas de las
cualidades mencionadas arriba. He aquí una breve descripción de dos de los
temas tratados en el tercer fascículo, que puede dar una idea bien
significativa del tipo de trabajo expositivo que se presenta: Fermat´s
Theorem-At Last! (El teorema de Fermat, ¡por fin!).
Como todo el mundo tuvo ocasión de enterarse por los titulares de los periódicos,
en Junio de 1993 el matemático Andrew Wiles presentó en Cambridge, Inglaterra,
una demostración de la conjetura de Fermat, formulada hace tres siglos y medio:
No existen tres enteros positivos x,y,z, tales que, para algún entero n mayor
que 2, verifiquen la ecuación x^n+y^n=z^n. Como muchos que han seguido con algún
interés este asunto saben, tal demostración resultó tener una seria laguna,
una afirmación no probada, que la hacía incompleta. La conjetura no estaba
demostrada. Había expertos que opinaban que la demostración del eslabón que
faltaba bien podría llevar otros tres siglos. Tras un período de intenso
trabajo en colaboración con Richard Taylor, en 1995 apareció por fin
publicado, en la revista Annals of Mathematics, lo que ahora consideran los
expertos una demostración válida de lo que ya, por fin, podemos llamar teorema
de Fermat.
Es verdad que la comprensión cabal de las matemáticas involucradas en la
demostración del teorema es algo
que sólo está al alcance de las personas especializadas en el tema. Pero
el aura que envuelve el teorema y su historia, la influencia que ha tenido en el
desarrollo de no pocos aspectos del álgebra moderna, la emoción intensa de las
últimas etapas del ascenso hasta la cumbre, la transmisión de las vivencias
personales del mismo Andrew Wiles alrededor de lo que ha constituído el centro
de toda su vida matemática y de sus arduos esfuerzos en los últimos años,...
son aspectos que todo el mundo puede percibir y que Barry Cipra ha sabido
plasmar con acierto en este artículo de una docena de páginas. Para quienes
quieren adentrarse un poco más en algunos de los aspectos matemáticos más
importantes, el artículo ofrece también una visión, asequible para los no
especializados, de las ideas relativas a las últimas etapas de la investigación
en torno al problema, como los desarrollos alrededor de la conjetura de
Taniyama-Shimura, formulada ya en los años 1950, que ha sido la clave del éxito
de Wiles.
Computer Science Discovers DNA. (Las ciencias de la computación descubren
el DNA).
En Mayo de 1994 Leonard Adleman, de la Universidad de California del Sur,
presentaba en una conferencia en el MIT la solución que había obtenido de un
caso sencillo de un problema bien clásico de la teoría de grafos. Un grafo es
un conjunto finito de puntos (vértices) en el plano y un conjunto de curvas
(arcos) en el mismo plano, cada arco uniendo dos vértices del grafo. No
necesariamente todos los vértices están unidos por arcos y puede haber varios
arcos distintos uniendo los mismos vértices. El problema de Hamilton es el
siguiente: en un grafo se señalan dos vértices y se pide, si es posible,
construir un camino (sucesión
de arcos) que vaya de uno de esos vértices al otro pasando una sola vez por
cada uno de ciertos vértices prefijados del grafo.
El interés de la solución de Adleman para un caso particular bien sencillo
del problema de Hamilton consistía en que había sido obtenida poniendo a
trabajar durante una semana en un tubo de ensayo una colección de fibras de
DNA, aprovechando las formas en que se enlazan las unidades A, C, G, T de nucleótidos.
Mediante una selección y manipulación adecuada de las fibras de DNA había
logrado modelizar el problema y a continuación las interacciones propias del
DNA se habían encargado de proporcionar la solución. Lo que se pretendía
demostrar con este ensayo es la posibilidad de conseguir en un futuro tal vez no
muy lejano un computador biológico que, gracias a la posibilidad que ofrece la
interacción espontánea de muchos billones de elementos moleculares permita
arrostrar problemas que hoy día, como sucede con el famoso problema del
viajante, que en realidad es un caso complicado del problema de Hamilton,
resultan intratables mediante los actuales computadores electrónicos.
Cipra pone aquí de nuevo al alcance del no especialista las ideas básicas
del experimento de Adleman, la interacción propia entre los protagonistas de su
desarrollo, las perspectivas de este incipiente e intrigante avance de la
ciencia actual, aprovechando para subrayar los aspectos de interdisciplinariedad
presentes en él, tan característicos de la investigación moderna.
La habilidad de Cipra para conducir al lector de modo ameno y agradable a
través de los más recientes logros de la actividad matemática y de sus
aplicaciones hacen de esta pequeña obra (30 ensayos expositivos independientes)
un magnífico ejemplo de buena divulgación matemática y un instrumento muy
recomendable para quienes quieran informarse y hacerse capaces de informar a
otros sobre aspectos de la matemática actual que van abriendo caminos de
desarrollo hacia el futuro.