Reflexiones Relacionados con la

Preparación de Profesores de Matemáticas

Patrick Scott 

Universidad Estatal de Nuevo México

  Cómo se enseña y qué se enseña

Sin querer negar que es necesario pensar lo que se enseña, cuando se trate de la preparación de profesores en una época de la reforma de la enseñanza de las matemáticas el cómo enseñarlas llega a tener una gran importancia. “Lo que aprende un estudiante depende en gran medida de cómo lo ha aprendido.” (NCTM, 1991).

  ¡Menos Es Más!

“¡Menos es más!” ha llegado a ser un grito muy importante para algunos reformistas en el campo de la educación. Entre ellos tal vez el más destacado sería Howard Gardner que ha insistido que “cubrir materia es enemigo de comprender conceptos” (Gardner, 1993). En forma sencilla, la idea detrás del dicho es que muchos profesores, bajo la presión de un currículum oficial sobrecargado, tratan de transmitir mucha materia muy rápidamente. Así, muchos alumnos solamente memorizan lo suficiente para aprobar pruebas tradicionales y no logran una comprensión de conceptos y sus supuestos conocimientos no permanecen mucho más allá del término del semestre. El “más” que se puede lograr de “menos” es, por supuesto, más comprensión.

 Si un programa de formación de profesores se carga de materia, no importa cuán valiosa podría aparecer, los formadores de profesores van a tener que pasar dicha materia muy rápidamente y pocos futuros profesores van a lograr una comprensión profunda de la materia. Otro dicho que se escucha mucho es que “el profesor enseña como fue enseñado” y por lo tanto hay que considerar con mucho cuidado y crear con esfuerzos muy intencionados cómo vamos a preparar los futuros profesores.

 Sin lugar a duda existe la posibilidad que “menos podría ser menos”. Si no cambiamos la forma en que preparamos los futuros profesores podemos pasar menos materia pero con la misma falta de comprensión. La teoría de constructivismo nos ha dado una base para empezar a poner más énfasis en la comprensión y el libro editado por Steffe y Gale (1995) y el artículo de Moreno y Waldegg (1992) sirven como referencias importantes. 

Una digresión: Resolver ¿problemas?

Como una digresión quiero hablar un poco sobre la resolución de problemas. La resolución de problemas juega un papel importante en los Estándares del NCTM (NCTM, 1989) y desde Polya (1957) hemos escuchado que la enseñanza de las matemáticas debería basarse en la resolución de problemas. Desafortunadamente, se ha quedado demasiado en la aplicación de técnicas mostradas por el profesor para simplemente hacer ejercicios. Capistrous (1997) ha insistido que los estudiantes casi nunca tienen la oportunidad de realmente resolver problemas.  

El rol del profesor: escuchar

Como parte de la reforma de la enseñanza de las matemáticas se ha insistido mucho que el rol del profesor debería cambiar de uno de dictar a uno de facilitar. Un dicho que ha intentado explicar dicha diferencia es “del sabio en el escenario a guía al lado”. Actualmente en Canadá, Brent Davis (1997) está desarrollando una teoría en la cual el rol del profesor, en vez de definirse como dictar o facilitar, se define como escuchar, y su base, en vez de estar en el conductismo o el constructivismo, se encuentra en el inactivismo. Según Davis (1997), la estructura enactivista se alinea con desarrollos recientes en varios campos, tales como la hermenéutica filosófica (Gadamer, 1990; Silverman, 1994), la biología “nueva” (Maturana y Varela, 1987; Varela et al., 1991), la ecología (Bateson, 1979), la teoría de la complejidad (Waldrop, 1992; Cohen y Stewart, 1994), y los estudios curriculares reconceptualistas (Pinar, 1975). Se basa en la aceptación de la complejidad de las relaciones humanas. Se enfoca en “la interdependencia dinámica entre agente y ambiente, pensamiento y acción, conocimiento y conocedor, uno mismo y el otro, individuo y colectivo, en vez de en una constitución o construcción autónoma”          (Davis, 1997, p. 370). Otros términos para el inactivismo incluyen “pragmatismo” y “ecología profunda o social”. 

Es en la concepción del rol del profesor como uno de escuchar que se encuentra la aplicación más inmediata del inactivismo a la enseñanza de las matemáticas. Davis basa su clasificación de maneras de escuchar en la clasificación de Gadamer (1990) de los tipos de preguntas que un profesor puede usar: preguntas pedagógicas, preguntas retóricas, y preguntas hermenéuticas.

 Las preguntas pedagógicas corresponden a un escuchar evaluativo. Con el escuchar evaluativo el profesor tiene una respuesta correcta en mente. Si los alumnos no dan la respuesta correcta, el profesor está listo para proporcionar lo que esperaba. El profesor tiene un camino bien definido para su lección y las respuestas de los estudiantes no pueden cambiar la ruta de dicho camino. Es decir, no toma en cuenta la realidad (contexto cultural) de sus alumnos. Con sus preguntas el profesor busca averiguar si los estudiantes pueden repetir las verdades matemáticas establecidas por la cultura y escucha solamente para determinar si dicen lo que se espera. Es tal vez posible describir este tipo de escuchar como una manifestación del conductismo. 

Con el escuchar interpretativo el profesor todavía tiene un camino, pero sus preguntas piden más explicación, más elaboración, más información, más interacción profesor-estudiante, más interacción estudiante-estudiante. Y sobre todo pretende apoyar la construcción de ideas. 

Con el escuchar hermenéutico el profesor responde a circunstancias que continuamente cambian en vez de conducir directamente a una meta que no se puede cambiar. El profesor participa con sus estudiantes en la construcción de conocimientos compartidos y no pretende causar el aprendizaje a través de un secuencia predeterminada. Los conceptos matemáticos llegan a ser “ubicaciones para explorar” en vez de “ítemes para dominar”. El rol tradicional de asegurar una comprensión apropiada de ideas predeterminadas se cambia por poner atención en la implicaciones culturales más amplias de la enseñanza de las matemáticas. Como dice Davis (1997, p. 373) “el aula de matemáticas no tiene que considerarse como un lugar donde una autoridad monológico determina todos los resultados”, pero esto no implica que el profesor tiene que abandonar su responsabilidad con respecto a las guías curriculares. El profesor escucha la comprensión que los estudiantes tiene de los temas. Abandona el rol de tratar de causar el aprendizaje a través de una secuencia instruccional pre-establecida. “El aprendizaje en este caso es un proceso social, y el rol del profesor es uno de participar, de interpretar, de transformar, de interrogar - en breve, de escuchar (Davis, 1997, p. 371).

 ¿Lograr que el futuro profesor aprende escuchar?

“Dictar una cátedra” sobre la importancia de escuchar por lo menos no serviría mucho. Es a través de los modelos didácticos que usan los formadores de profesores que los futuros profesores pueden empezar a entender como se escucha. En este momento esto significa mucha capacitación y reflexión por parte de ellos. También implica la preparación de materiales curriculares que les guían en el proceso. 

Una segunda fase sería la observación de y la reflexión sobre clases en las aulas de la enseñanza media donde los profesores están usando un escuchar hermenéutico. Para tener suficientes ejemplos un proceso de capacitación sería necesario para los profesores en servicio.  

Una tercera fase contemplaría el uso del escuchar hermenéutico en las experiencias de la práctica docente de los futuros profesores, y, por supuesto, la reflexión posterior de las mismas. Esto implican tener profesores guías y supervisores de la práctica docente que manejen el método. 

Una próxima (¿última?) fase sería un sistema de seguimiento de los profesores novatos para proveerlos con el apoyo necesario para continuar aplicando y mejorando sus métodos innovadores en vez de caer en la trampa de recurrir rápidamente a los métodos tradicionales.

 Referencias

 

Bateson, G. (1979). Mind and nature: A necessary unity. New York: E.P. Dutton. Capistrous P., L. (1997). Didáctica y resolución de problemas. Resúmenes de la Reunión Latinoamericana de Matemática Educativa. Morelia, México: Universidad Michoacana.

Cohen, J. y Stewart, I. (1994). The collapse of chaos: Discovering simplicity in a complex world. New York: Penguin.

Davis, B. (1995). Listening for differences: An evolving conception of mathematics teaching. Journal for Research in Mathematics Education, 28(3), 353-376.

Gadamer, H. (1990). Truth and method (2nd revised edition). New York: Crossroad.

Gardner, H. (1994). Integration in the middle grades. Scottsdale, AZ: Presentation at Conference on Curricular Integration in the Middle School.

Maturana, H. y Varela, F. (1987). The tree of knowledge: The biological roots of human understanding. Boston: Shambhala.

Moreno, L. y Waldegg, G. (1992). Constructivismo y educación matemática. Educación Matemática, 4(2), 7-15.

NCTM. (1989). Curriculum and evaluation standards for school mathematics.: Reston, VA: NCTM.

Pinar, W. (1975). Curriculum theorizing: The reconceptualists. Berkeley, CA: McCutchan.

Polya, G. (1957). How to solve it. Princeton, NJ: Princeton University Press.

Silverman, H. (1994). Textualities: Between hermeneutics and deconstruction. London: Rutledge.

Steffe, L. y Gale, J. (Eds.). (1995). Constructivism in education. Hillsdale, NJ: Erlbaum.

Varela, F., Thompson, E. y Rosch, E. (1991). The embodied mind: Cognitive science and human experience. Cambridge, MA: MIT Press.

Waldrop, M.M. (1992). Complexity: The emerging science at the edge of science and chaos. New York: Simon & Schuster.